Y qué bueno el Ikebana

Una alumna tuvo ayer la amabilidad de regalarme entradas para una exposición de Ikebana (arte del arreglo floral japonés) en los grandes almacenes Matsuzakaya de Ginza, por lo que, haciendo aprecio a su desinteresado gesto, me he acercado a disfrutar de ella.

Existe una gran diversidad de escuelas de Ikebana, cada una con su estética particular. Personalmente, prefiero los arreglos sobrios, sencillos y discretos, pero eso no me impide disfrutar de la mayor parte.

Les dejo unas pocas fotos, malas, mucha gente y poco espacio-tiempo, y pocas, por la misma razón.

Una del estilo sobrio que les comentaba.




















Otra más llamativa, pero que me causa una sensación de frescura.




















El Ikebana, a pesar de su larga tradición, no se pone límites. Así, se podía ver una obra hecha exclusivamente con rodajas de un tronco de madera, otra acompañada de una escultura... etc. pero también nuevos materiales sin demasiada historia artística tienen cabida dentro de este arte: papel de periódico, objetos de plástico, poliexpan, se podían contemplar entre las flores.




















Y termino con uno de los, a mi entender, más curiosos de la exposición, vegetales en frasquitos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

En el plató

Niebla espesa (más iconoclastia)

Feliz Año del Jabalí 2019