No me gusta pagar

En su día, les conté aquí por qué no me gusta pagar con tarjeta de crédito en Japón, pero últimamente me he dado cuenta de que el metálico no ofrece mucho mejor resultado. Soy una persona a la que le gusta pagar exácto, desacerme de las monedas pequeñas que van rondando. Pero eso no siempre es posible, y viene el problema de los cambios. Ya sé que peor sería no recibirlos, pero la costumbre japonesa de montarlos encima del recibo me vuelve loco. Yo prefiero que me los den por separado, pero es imposible. Normalmente, tengo el monedero abierto en la mano derecha y, de la manera en la que me las dan, es imposible meter las monedas sin que por lo menos una se caiga. Y si uno lleva bolsas, tarjetas de puntos, etc. ya ni les cuento, el circo, oigan. O tal vez sea que, simplemente, no me gusta pagar.

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