De excursión

El jueves nos tomamos el día libre para irnos de excursión a Kamakura, lugar famoso por sus templos y situado a una hora de Tokio. Esta vez no llevamos bocadillo, sino unas bolas de arroz, una fiambrera con comida variada y el termo lleno de té calentito, que aquí ya hace fresco; cosas de vivir en Japón.
Los templos están muy bien conservados y son una preciosidad. Les recomiendo su visita; aunque les advierto que aquí no hay nada gratis, se paga poco, pero se paga en todos. Es una ciudad pequeña, turística, pero que no llega a ser uno de esos lugares turísticos que agobian al viajero.
Sin embargo, debo advertirles que la playa local es la más sucia que he visto nunca, y eso que estamos hablando de Japón.

Les dejo con algunas imágenes, mucho más ilustrativas que todo lo que les pueda decir.

El gran Buda de Kamakura. No me podrán negar que Buda es grande, ¿verdad?


Atención, koan: Descubran quién es el Buda.




Aquí los campanarios no llevan la cigüeña incluida.




Esto son estatuillas votivas para tranquilizar los espíritus de los niños no nacidos. Los lectores de Superlópez no podrán dejar de pensar en los petisos.


Más petisos.


Hotei, uno de los siete dioses de la suerte. Si le frotas la tripa atrae la buena fortuna. Rascarse la tripa adquiere un nuevo sentido.


¿No les parece un árbol muy... femenino?

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